"El hombre mirando por el ojo de la
cerradura de la puerta de la vida, ha creído ver grandes verdades y así, se
quedó en cuclillas, viendo parcialidades y objetos confusos, nada instructivos.
Jamás pensó en buscar la llave o golpear para ser atendido pues es más cómodo
conjeturar a saber, arrodillarse a querer, quedarse quieto a osar, hablar sobre
lo no visto a callar frente al Silencio majestuoso que emite el paladar divino."
Reflexiones leonlandesas.
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