martes, 7 de marzo de 2023

¿Empleados de comercio?

Por Otto Fox Talbot

Resulta ser, que importantes escuelas de la macrociudad, no tienen inscriptos a sus docentes y otras los tienen anotados como cualquier otro tipo de trabajador, menos de la enseñanza, sea primario y/o secundaria.

Escuelas que están en situaciones económicas precarias y que pertenecen a los barrios de la macrociudad, inscriben a su cuerpo docente como corresponde, pero las del microcentro y macrocentro de la macrociudad de Rosario, los tienen anotados (si es que no trabajan en negro) como empleados de comercio. La Asociación de Empleados de Comercio de Rosario permite este tipo de inmoralidades porque saben que en la narco-ciudad, todo es impune, nada es investigado.

Mis hermanos, primos y sobrinos que aún están en la secundaria van algunos al Poli, una escuela secundaria nacional universitaria de prestigio y excelencia, y los otros al British School Rosario. Ambas instituciones educativas, como miles, sostienen que el docente debe ser inscripto como tal, ser respetado como tal y ser apreciado como tal.

Es vergonzoso, que escuelas que se suponen prestigiosas, desmerezcan a sus docentes.



lunes, 6 de marzo de 2023

Opinión sobre la macrociudad


 

Por  Herr Profesor Hartmann

Vivir en Leonlandia del Sur es gratificante. Aquí prepondera la paz, la armonía, el buen gusto, los entretenimientos y la salud desde los deportes y juegos hasta la alimentación. Pero vivir en la macrociudad de Rosario, donde está asentada nuestra micronación se ha convertido en una cuestión de riesgo continuo.

Los robos, asaltos, escruches, mecheras/os, balaceras, asesinatos, entradoras, los narco-socialistas que crearon un estado paralelo del terror y el espanto, hacen hoy de Rosario un lugar insoportable.

Desde hace ya unos cuantos años, sigo un pensamiento simiente: la seguridad hace al bienestar. Este pensamiento simiente, me lleva a reflexionar casi cada día en la manera de terminar con este Estado de terror creado por el narco-socialismo y lo único que se me ocurre es una intervención de la macrociudad, con las consecuencias que ello implica: la destitución del intendente, el cierre del Consejo Deliberante, la imposición de toque de queda, la militarización / saturación de fuerzas policiales de las calles y el retorno a deber portar el DNI para la identificación contínua de las fuerzas del orden  que patrullen las calles. ¿No suena muy extremo? Sí, es verdad, es extremo, pero también es extrema la acción de los grupos de terror que han hecho de la macrociudad un lugar infernal.

Todos los días hay balaceras contra instituciones importantes, sean públicas o privadas, casas de particulares que no tienen nada que ver con el narcotráfico, muerte de niños/as y bebés que quedan atrapados sin salida en las balaceras, robos y asaltos a comercios, fábricas, casas particulares y escuelas, decenas de adolescentes cuyas muertes no son denunciadas porque entraron al sistema del narco-menudeo, desaparición de niñas y adolescentes para la prostitución o trabajo en las cocinas de drogas, “peajes” para poder transitar, amenazas a comerciantes para que paguen mensualmente determinada cantidad de dinero a las bandas barriales de delincuentes y narcos, y conocidas calles céntricas donde las mecheras libremente y con toda impunidad acosan a los transeúntes para robarles lo que sea.

Si alguien tiene una solución más digna y menos contundente, por favor, espero aportes.