Los estudiantes de la Escuela de Enseñanza Técnico
Profesional Nº 471 "Rodolfo Rivarola" – Rosario – Argentina, se
expresan frente a la falta de respuesta Ministerial.
Leones Hambrientos: ¿Cuál es el reclamo de Uds.?
Estudiante 1:
Y, básicamente nosotros lo que pedimos es tener un edificio propio y digno con
las prioridades…
Leones Hambrientos: Por ejemplo que tengan buenos salones, pizarrones
decentes, calefacción en invierno…
Estudiante 1: Las necesidades básicas de lo que implica una escuela.
Estudiante 2: Yo opino lo mismo, que necesitamos tener una buena escuela.
Estudiante 3: Los baños: hay un solo baño para 50 mujeres y un sólo baño para todos
los varones que son mayoría.
Estudiante 4:
No podes estudiar tranquilo, porque puede ser que se te caiga una estufa de
quarzo en la cabeza
Estudiante 5: Baños para varones hay cuatro y solamente hay uno que anda, los otros
no sirven porque están todos tapados.
Leones Hambrientos: ¿Eso pasa en la parte nueva o vieja de la escuela?
Estudiante 5: Es en la parte vieja, de la nueva no sabemos nada porque allá no pasa
nada.
Estudiante 6: Acá no podés ni tomar agua porque sale muchas veces el agua amarilla
porque las cañerías están todas oxidadas; trabajamos en un salón que
nosotros mismos lo pintamos dos o tres veces y toda la pintura se cae porque
hay demasiada humedad y no aguanta la pintura porque se cae el revoque...
Estudiante 1: En el Ministerio nos dijeron que ellos no pueden hacer nada, no
pueden solucionar nada porque, que no nos van a dar una respuesta concreta
porque no es problema de ellos y que
de la escuela nueva se va a hacer cargo la Nación y nos dijeron también que
“hay una información”, de que a la escuela se le manda plata como para que la
mantengan en condiciones para que nosotros podamos estudiar, eso es lo que nos
dicen.
Leones Hambrientos: ¿Es lo que dice el Ministerio de la Provincia o de la
Nación? ¿Llegará en realidad el dinero que ellos aseguran?
Estudiante 2: De la Provincia, ellos dicen que desde principio de año se les manda
dinero a la escuela y nosotros no sabemos nada, eso es lo que dicen… A cada
escuela que lo necesita...
Leones Hambrientos: ¿Eso es lo que dice el Ministerio de la Provincia?
Estudiante 2: Sí… Hablamos con la Delegada Regional y nos dio esa respuesta. Pero
no tenemos nada en concreto.
Estudiante 5: La escuela está tan insegura que, adentro de la escuela hay caca de murciélagos
y nos podemos llegar a enfermar.
Estudiante 6: Y cuando uno entra a la nueva escuela, a la “supuesta nueva escuela”,
hay cemento tirado por todos lados, hay kilos y kilos, montañas de arena y
cuando uno trata aunque sea de ver algo en concreto, no encontrás nada (se
refiere a los avances de la construcción de la nueva escuela). Las paredes están
a medio terminar; hay dos personas que están cortando las membranas y cortan
una sola por cada semana y media que vamos nosotros allá. Taller también, ya no
da más, está todo mal; cuando los profesores vienen tienen que pasar las áreas
con arena porque no tenemos espacio para pasar. Y es un espacio enorme que es
pura arena y tierra; es material que se va a usar supuestamente para la
construcción de las paredes del nuevo establecimiento…
Leones Hambrientos: ¿Y no se hace nada?
Estudiante 6: Nada, vos ves dos personas y un capataz; el capataz vino una sola vez.
Hablé yo personalmente con él y unos cuantos compañeros más y nos dijo que iban
a terminar supuestamente, como también nos dijo la directora, hace seis meses
atrás, y ya se va a cumplir el lapso de la promesa como nos dijeron y no pasa
nada. Hace dos meses que se ya se habría cumplido la promesa que nos dijeron que la escuela iba
a estar en condiciones y esa promesa no la cumplieron. Nosotros presentamos
todo tipo de quejas y nos cancelan todo.
Estudiante 7: Ya acá no se puede entrar (por la escuela vieja), están los pisos
destrozados, cuando entrás a los salones y querés subir la escalera, no sabés
si te vas a caer o qué, te agarrás de la baranda e igual estás en riesgo. Los
salones ya no dan más, no se pueden habitar…
Reflexión final:
Hace años, más de 20 años que el edificio
de la Escuela de Enseñanza Técnico
Profesional Nº 471 "Rodolfo Rivarola" está
en construcción; hace dos décadas, los docentes que tuvieron que trabajar en
medio de la construcción en la época de la gobernación de Carlos Reutemann, se
tuvieron que conformar con solo tres salones construidos con madera de durlock pero
que no tenían techo: el propio techo del galpón era el de los tres salones. De
día junto al estudiantado, se paseaban las palomas, gorriones y demás pájaros
por los tirantes del galpón, cuando empezaba a oscurecer, aparecía la fauna
nocturna: ratas, ratones, lauchas, comadrejas, murciélagos y lechuzas… Y el
peligro más grave provenía de un pozo producto del socave de las fosas de
reparación de locomotoras (recordemos que es un galpón ferroviario), cuyo fin
no se veía. Así mismo y por ser un viejo taller de reparación de máquinas, se
encontraban por todas partes clavos, tornillos y piezas herrumbradas. Lo último
que recordamos de nuestra visita al área en construcción, es que las
separaciones entre las aulas eran sólo paneles de vidrio de alto impacto: un
precioso panóptico, un punto de fuga de la atención excelente, de modo tal que
lo de afuera sea más llamativo que el acontecer dentro del salón. Más allá de
esto, tengamos en cuenta que se trata de una escuela técnica, de una
escuela-taller: ¿en qué taller se colocan separaciones vidriadas? No hay
concepto de seguridad industrial ni escolar.
Con el paso de los años, se volvió a
trasladar todo el staff educativo a la sede de calle Vélez Sársfield y la “nueva
escuela de Canning y Junín” allí quedó. Luego, volvieron los talleres a la “parte
nueva”, que aún está, como bien dijeron los alumnos, en “construcción”. Las demás
gestiones gubernamentales (Obeid, Binner, Bonfatti, por ejemplo) poco y nada
hicieron; ahora está a cargo de la gobernación el Sr. Lifschitz. ¿Hará algo?
¿Se llevará el galardón de haber terminado de construir una escuela que lleva más
de veinte años de reclamo de un edificio propio o tendremos que esperar a una
nueva gobernación con otros discursos de partidas que se envían, que llegan, que
no llegan, que si es obligación de la nación, que si pertenece a la provincia?
Ambas gestiones ministeriales se lavan las manos y los estudiantes, docentes y
no docentes siguen entre la humedad, el frío, la inseguridad por deterioro
edilicio, baños que no sirven, agua que no se puede beber… ¿Hace falta esperar
a que caiga el techo de un salón, que ocurra una desgracia para que los ministerios,
provincial y nacional salgan del letargo que los caracteriza?
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