Charla con Elizabeth, profesora de inglés,
jubilada, 80 años, quien estudió esperanto en su juventud.
Leones Hambrientos: Usted es profesora de inglés y también estudió esperanto,
¿no es así?
Elizabeth: Yo
te voy a contar… Estudié Esperanto por los años ’60; siendo profesora de inglés,
para mí esperanto fue precioso por lo fácil y ameno. Fijate vos, que todos los
que se acercan a la lengua inglesa, no la hablan, la maltratan, dicen que saben
y cuando elevás el nivel lingüístico siempre dicen: Ah, pero yo cursé hasta, supongamos, cuarto año. Es verdad que sabe, pero lograr un correcto uso de la
lengua, eso sí que no lo logra la mayoría. Esperanto fue un boom en esa época,
muchísima gente aprendía con la esperanza de que finalmente no haya más guerras
en el mundo, porque la Segunda Guerra Mundial fue atroz y nadie quería ver más
ruinas, muerte, hambre y países en llamas. Entonces, ahí estaba esperanto dando
su cuota de hermandad. En esa época ya tronaba la guerra fría y el miedo a una
nueva guerra aterraba a los europeos. Y acá, en Argentina, el miedo era
diferente, no tanto el tema de la guerra, pero sí el tema de los golpes de
estado… Entonces yo iba a la clase de esperanto y era estar un rato en otro
mundo, como si repentinamente abrieses una puerta a un lugar tranquilo, lejos
de los miedos y lo mejor de todo era compartir el ideal de paz para el mundo.
Leones Hambrientos: ¿Cree que volverá a ser así como en los ’60, es decir, que
muchos se interesarán por estudiar esperanto?
Elizabeth: Sí
y no. Sí porque con el auge de internet, esperanto es una herramienta comunicacional
excelente; por lo que sé, hay mucha producción en esperanto. No porque el
estudio de las lenguas extranjeras se ha convertido en un negocio fenomenal y
es muy difícil luchar contra el marketing de aprender inglés, francés, alemán,
portugués, etc. ¡Cuántos han estudiado inglés para ir a Europa y cuando llegan
a Francia se llevan un chasco de madre mía! Inglés es una herramienta
fundamental para aquel que se va a mover en ámbitos comerciales y en
determinados ámbitos científicos pero no para quien pregone los saberes humanísticos;
desde ya que la literatura inglesa es exquisita… ni me hables de esas
producciones actuales para jovencitos porque son de un nivel… bueno, ya sabés. A
ver, si el área académica de trabajo es filosofía, inglés, a pesar de la gran
producción de material sobre los grandes filósofos, lleva las de perder. Pero
volviendo a esperanto, ¿no sería conveniente que un conferencista diese su
charla en esperanto? ¿No nos ahorraríamos más de un malentendido? ¿No sería más
genuino que esperanto fuese una materia más de la enseñanza primaria o
secundaria? Digo esto, por pura
sinceridad: los chicos no aprenden inglés en el secundario y si soy aún más
sincera, te diré, que los libros de idiomas se volvieron 100% comerciales
porque lo que aparece en las unidades es lo que hoy está de moda; el año que
viene o el próximo ya pasó. ¿De quién es la culpa? Claramente de los
consumidores de inglés, francés, alemán, etc., no digo de los estudiantes
porque hay una gran diferencia… Todo es inmediatez, de modo tal que el docente
se vea obligado a cambiar anualmente de libro. Un libro de inglés con un texto
sobre el almuerzo que come Michael Jackson es una antigüedad: el señor Michael
Jackson ya está muerto. Entonces, todo es comercio y esperanto no lo es, por
eso a mucha gente no le atrae porque aún no ha aprendido a pensar con la cabeza
fuera de la billetera.
Leones Hambrientos: ¿Y entonces? ¿Cómo hacer para cambiar de paradigma?
Elizabeth: Es
muy difícil que una sociedad que se nutre de globos de colores, como la nuestra,
comprenda la importancia de aprender esperanto. Latinoamérica en gran parte,
desea espejarse lo máximo posible en los Estados Unidos de Norteamérica, en sus
aciertos y en sus errores. Por otro lado, China, el gigante amarillo, que tanto
se ha occidentalizado, no es modelo a seguir por ningún país occidental por su
cultura, que no nos deja de ser excéntrica, por su idioma, mejor dicho “sus
idiomas”… pero, y esto hay que destacarlo, viene haciendo una labor muy
efectiva desde hace décadas con la enseñanza y difusión de esperanto. Es muy
sano y muy meritorio que una persona estudie dos o tres lenguas extranjeras y
bien le vendría asirse de esperanto también; el saber no ocupa lugar. Una persona
que aprende esperanto, tiene otras expectativas, ve al mundo con otros ojos, no
necesita espejarse en nadie que no sea su propio “yo” que se funde en los otros
“yoes” porque esperanto, no se aprende bufando porque es obligación social
aprenderlo, no se estudia pensando en volverse rico; esperanto lo estudia quien
tiene valores claros de hermandad y paz y, por supuesto, quien tiene ganas de
pasar un grato momento. Yo, en mis años, fui muy feliz trabajando, dando clases
de inglés, viajé con mi marido de costa a costa por Estados Unidos, estuve en Japón,
Nueva Zelanda, conozco Europa como la palma de mi mano y si Dios quiere y me da
salud, a fin de año viajo de nuevo a Eslovaquia, Austria y Hungría. Y sabés qué,
como la mayoría de los húngaros hablan esperanto y no hablan casi inglés,
cuando puedas, te venís a casa y me das unas clases para rememorar y
re-aprender la universala lingvo. ¿Ves? Algo me acuerdo…
Leones Hambrientos: ¡Será un placer! Muchas gracias por su tiempo y por la
agradable charla.
Elizabeth: Ĝis revido!
Jajaja.
Me ha encantado esta charla. De hecho ya encontré varios cursos sobre el Esperanto en la red y ya he empezado a estudiarlo. Gracias: una idea magnífica!
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario. Nos alegra que te haya gustado la charla. Si vives en Rosario, Argentina, te puedes acercar a la Asociación Rosarina de Esperanto, tenemos biblioteca de consulta y lectura (con sala de lectura) y cursos de Esperanto. Fraternales abrazos
ResponderBorrarGracias, pero estoy en España. Tal vez algún día pueda visitar la sede esperantista de Rosario!
ResponderBorrarGracias, pero estoy en España. Tal vez algún día pueda visitar la sede esperantista de Rosario!
ResponderBorrarNos alegraría mucho, serás muy bienvenido!
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