Hacía más de 40 años que Eduardo Moli
trabajaba en Casa Rosada. Su área de trabajo era “Mantenimiento”. Conocía Casa
Rosada con lujo de detalle, reparaba todo lo que nadie sabía cómo hacerlo, se
dedicaba a Casa Rosada como si fuera su propia casa. Sus amplios conocimientos iban desde la electricidad a la jardinería, desde las bombas de agua a las calderas, desde la albañilería a la restauración de tan emblemático edificio y todo era mantenido a la perfección por sus habilidosas manos y su inquieta mente.
Apartidario, devoto de su trabajo, Moli era
eficiente, ordenado, prolijo y amaba dedicarse full time a su lugar de trabajo.
Sin embargo, un día se enteró, como tantos otros,
de su desafortunado e injustificado despido. Moli quedó atónito, no entendía qué
estaba pasando porque el mismo Macri lo había alabado, lo había apodado “MacGyver”
y brindó con él para Navidad pero nada fue suficiente.
Moli no declaró ante la prensa, se llamó a
silencio porque la política no es lo suyo, lo suyo era mantener Casa Rosada, no
otra cosa. Uno de sus compañeros de trabajo dijo: ''Hace un mes Macri brindaba con nosotros y ahora nos echa". ¿Cinismo,
antipatía por quien es eficiente, burla o sarcasmo? Quizás todo esto junto
atesore Macri para echar a alguien que es necesario, un verdadero
imprescindible para todas las tareas de mantenimiento que implican Casa Rosada.
Hoy Moli sigue trabajando, ya no en Casa
Rosada, hace lo que puede, repara todo lo que cae en sus manos y sigue
adelante.
The Intelektor Kat
Fuentes:
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