Paseo del Siglo cambió "futuro por pasado" y nos
anclamos en la edad media.
Velas sin romanticismo, vecinas cultivando el arte de
sentarse en el balcón con abanicos, vecinos luciendo la ausencia de musculatura
por las terrazas y un desfile de batones, shorts diminutos, jeans recortados y
remeras sin mangas digno de esta época carnavalesca.
Las zonas sin electricidad van variando pero no las caras
de culo.
Sí, cambiamos futuro por pasado y nos deslizamos con
celeridad a retornar ineluctablemente al mundo de las penumbras cuyo conocido
paisaje, ya experimentado en épocas de Cavallos, helicópteros y comercios
cerrados, augura un año de bombos sin platillos y cacerolas tamborileras.
Quien ascendió en la escala social a una casta superior
durante la década anterior porque pudo viajar, comprar un aire acondicionado y
un auto nuevo y así evolucionó hacia el gorila, hoy desea por lo menos llegar
al peldaño de homo habilis y retomar las herramientas de su fábrica o comercio
que debió cerrar hace un mes cuando la avalancha de boludeces made in China.
Sin electricidad, sin capital, sin trabajo y con todo el
resentimiento encima, el gorila se pasea en taparrabos por los balcones del
Paseo del Siglo puteando al cambio climático en voz alta, en tanto en su mente
sabe que la culpa es propia por haber creído que los jinetes del apocalipsis
eran huestes angélicas.
La vela, que se consume más rápido en verano que en
invierno, ocupa el centro de la mesa donde antes hubo una frutera cargada de
manzanas, naranjas, racimos de uvas y limones y donde los domingos, se posaba
la fuente con suculento asado.
Cambiamos, sí, cambiamos futuro por pasado, cambiamos aire
acondicionado por el abanico que usaba mi bisabuela.
William Fox Talbot
Pte. del Estado Libre, Soberano e Independiente de Leonlandia del Sur