Por Selene Fox Talbot
(Instructora de Jet Ski, Kite Surf / Kite Foil y Windsurf – Polista –
Actualmente estudiando la carrera de Orfebre en el Instituto Crisol)
Me veo obligada, como todos, por la grave pandemia
de coronavirus a quedarme dentro de los límites de nuestra micronación.
Debo ser muy agradecida de vivir en un
lugar amplio, agradable y con gran cantidad de balcones a los que una puede
salir a hacer ejercicio. Debo ser agradecida de tener un presidente micronacional
como mi abuelo, The Intelektor Kat, con quien tuvimos largas charlas sobre la
cuarentena. Debo ser también muy agradecida de tener un presidente y
vicepresidenta que se preocuparon desde el primer momento por la salud de todos
los argentinos.
Antes, mi rutina era levantarme a las 6:00
hs., ducharme, desayunar, subirme al auto e ir con mis tablas al BRC; hoy me
tengo que olvidar de mis rutinas en el río Paraná, mi gran amigo.
Entonces, la rutina se hace en Leonlandia
del Sur y comienza igual, nada más que disfruto más tiempo del desayuno, con
mis padres, hermanos, tíos, primitos, abuelos, la gran familia leonlandesa.
A las 8:00 hs. comienza mi nueva rutina:
con mis primitos y mis hermanos hacemos una hora de gimnasia sueca; a las 9:00
hacemos media hora de caminata por los balcones para que ellos tomen algo de
sol y muevan sus músculos. A las 9:30 hs. hago media hora de bicicleta fija. A
las 10:00 hago una pausa, me siento en alguno de los balcones y tomo una
deliciosa limonada fresca, reviso mi celular, escucho algo de música y a las
10:30 hs. empieza nuevamente la rutina con soga y para no molestar a nadie, me
voy al palier a saltar hasta las 11:00 hs. Corto mi rutina de movimiento y
ayudo a preparar el almuerzo. A las 12:00 hs. almorzamos, conversamos, nos
divertimos y saboreamos siempre una entrada de ensaladas, hoy por ejemplo, fue
de aduki, saltarines y lentejas turcas con aceite de coco, sal del Tibet,
pimienta de Cayena y curry. La otra entrada fue Colchón de arvejas con champiñones;
el plato principal calabacines rellenos con papas fritas y queso cheddar. El
postre: peras al natural con salsa de grosellas. Después de estas comilonas, a
lavar todos los platos, cacerolas y utensilios!
La tarde es para estudiar, bajar apuntes,
volver a la bici fija y hago una hora de caminadora, cuando ambas quedan libres, porque
ahora todos las usamos porque no podemos ir al gimnasio.
Pensé que iba a enloquecer de estar
encerrada y no poder estar en contacto con el río, su agua, su aroma dulce, su
amplitud y extensión; lo extraño, lo extraño horrores, pero tengo la esperanza
de que cuando vuelva a acariciar su cuerpo marrón, va a estar más limpio, más
claro, menos contaminado.
Un saludo enorme a los caseros, cantineros
y socios-amigos del BRC, los extraño mucho!!!
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