Por Ruso Ivanovich
La cultura, ese estado tan importante para el alma, la mente y las
emociones, está en jaque bajo el gobierno macrista, la industria de los
instrumentos musicales ya no trabajan, la música no es una prioridad cuando las
necesidades pasan por pagar servicios, impuestos, comprar alimentos o útiles
escolares para los niños.
La industria de las guitarras, de fabricar más de 4.000 unidades
mensuales antes del macrismo y exportar, ha pasado a estar a punto de cerrar.
Ya se le ha dado las vacaciones (en octubre) al personal con mayor antigüedad,
los demás las recibirán más adelante y la empresa está parada.
El macrismo reduce, reestructura para el vaciamiento, cesantea las
vidas, apaga máquinas, quita energías y destruye familias enteras
subsumiéndolas en pobrezas de las que hoy no pueden salir, pero a la que hoy
miles más están ingresando.
El socialismo santafesino que es sucio en esencia, hará lo que en 2015:
votar a macri, porque son lamezapatos, por no decir otra cosa. Dan asco.
Prefieren que la macronación se destruya, que no existan más garantías
laborales, ni legislación que ampare a la educación libre, gratuita, laica y
obligatoria en todos los niveles, porque entonces van a tener algo que hacer,
del mismo modo la izquierda argentina, votadora serial del macrismo. Se
envalentonan haciendo marchas pero después en las urnas ni se votan a sí mismos
con tal de tener un enemigo a quien insultar y poseer una directriz que los
movilice y saque de la ataraxia y estulticia que los caracteriza.
Perversos sin fin los que haciéndose pasar por revolucionarios, votan a
la derecha con tal de tener un mínimo protagonismo en los medios y en las
calles.
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