sábado, 15 de diciembre de 2018

Hoy te proponemos: Festejo responsable



Por Heidi Fox Talbot

En breve estarán millones festejando Navidad y Año Nuevo y como suele pasar, habrá fuegos artificiales en manos de inexpertos e incluso peor: en manos de niños.

Una festividad religiosa, como lo es Navidad, debe recuperar su aire místico y dejar de lado el estrépito de los petardos, cohetes y fuegos artificiales en general.

Los adultos deben ser quienes incentiven a sostener la felicidad durante el período festivo, de modo tal que los accidentes por la manipulación indebida de materiales explosivos no tengan cabida y prepondere la razón por sobre todas las acciones.

Los fuegos artificiales son muy bellos, en tanto y en cuanto sean detonados por expertos o adultos que tengan conocimientos sobre los mismos. Muchas veces, se encienden en espacios pequeños, patios o balcones y es allí cuando se produce el trágico accidente.

En nuestra micronación, los fuegos artificiales están totalmente prohibidos; la única excepción son las varillas de estrellitas que son totalmente inocuas. La prohibición se fundamenta en dos factores:

a) El riesgo de que alguien se queme o lastime gravemente por la explosión repentina;

b) Los animales no comprenden de ni de festejos ni de detonaciones y entran en pánico.

La ordenanza municipal 9.166/2013 establece la prohibición del uso de pirotecnia en el radio del municipio, por lo que estando nuestra micronación asentada en el territorio rosarino, acatamos las ordenanzas municipales.

Recordemos a todos los micronacionalistas, que por más que tengan un corpus legislativo propio, por encima de las leyes micronacionales están las nacionales, provinciales y municipales.

En el Estado Libre, Soberano e Independiente de Leonlandia del Sur cuidamos la salud integral de todos sus miembros, sean humanos o animales no-humanos.

Nota: Agradezco el asesoramiento legal de The Intelektor Kat.



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