viernes, 10 de agosto de 2018

Reflexiones leonlandesas sobre el aborto



Lamento que no se haya incluido en la agenda cadena perpetua para femicidas y violadores; que alguien se arrogue el derecho de apoderarse del cuerpo de una mujer, una niña o un niño es inconcebible.

Si el sistema judicial funcionase como es deseable, impartiendo justicia, no mirando hacia el costado, toda mujer que sufre un abuso, debería recibir inmediatamente la píldora del día después para no quedar embarazada, pero como la justicia argentina se mira el ombligo, si en algún juzgado hay reservas de píldoras para el día después, seguramente las utilizan para tapar las propias inmoralidades.

Me hubiera gustado que se agregase que toda pareja que desea interrumpir el embarazo tenga contención psicológica antes y después del aborto.

Al no haber salido la ley de interrupción voluntaria del embarazo, se avala el aborto clandestino y se asegura la muerte de “las dos vidas”.

El derecho de pernada o Ius primae noctis existe desde la colonia en Salta, Jujuy, La Rioja y Catamarca, pero contra esto nadie se expidió. Que una niña de 8 o 12 años hija de un peón, sea violada por el patrón de estancia a posteriori o a priori de su primera menstruación, nos ilustra la mentalidad feudal depravada que impera aún en muchas provincias argentinas.

El aborto clandestino existió y existe desde hace cientos de años. En un antiguo claustro monacal de Francia y otro en Irlanda, se encontraron gran cantidad de osamentas humanas pequeñas: eran fetos producto de abortos. ¿Qué dice el cristianismo sobre esto?

El senador Alfredo De Angeli votó contra el aborto porque sus campos en Entre Ríos los fumiga con glifosato. Él no necesita de una ley que avale la interrupción del embarazo porque lo hace el glifosato que él utiliza. Ya se sabe que Entre Ríos es la provincia más contaminada del mundo con glifosato.

Credos, religiones y Estado deberían estar muy separados.

Que exista una ley que regule el marco de la interrupción voluntaria del embarazo, terminaría con el negocio de los consultorios clandestinos donde se practica el aborto; esto, pensando en la clase media: las clases menos pudientes van a un chiribitil inmundo y la práctica se realiza con cualquier objeto que sirva de instrumental quirúrgico.

Los que hoy se colocaron el pañuelo celeste, ayer insultaban el plan Qunita y pretendían que los bebés recién nacidos durmiesen en cunas de cartón “reciclado” sacado de la basura. Y hoy, las mamás de escasos recursos no tienen nada porque el plan Qunita ya no existe más. Así se cuida a las “dos vidas”.

Existiendo el aborto clandestino, una mujer que no desea abortar y su pareja, novio, marido sí lo desea y la obliga a hacerlo, se ve sometida a un sistema ilegal y de alto riesgo para su salud, a tal extremo que la puede llevar a la muerte.  

Hasta hace unos años atrás, las mujeres de escasos recursos que quedaban embarazadas eran “planeras que se embarazaban para recibir dinero del Estado”. La AUH sigue existiendo y mágicamente las “planeras” se convirtieron en “dos vidas”.

Fuentes:

El derecho de las bestias en Salta

Des centaines de foetus découverts dans un monastère aquitain

Hallan numerosos restos de bebés en una fosa de un convento en Irlanda

Glifosato: leucemia, malformaciones embrionarias y abortos espontáneos

Qué es y cómo acceder a Qunita, el programa de asistencia a la madre del recién nacido

PRO: "Las mujeres pobres se embarazan para cobrar planes"


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