Sabíamos que no era de un pájaro conocido y que podría ser algún gran ave que hubiese decidido venir a vivir a Rosario, donde si bien no existen montañas como miradores especiales para las aves de rapiña, los edificios cumplen esta función.
Tratamos de ubicarnos dónde estaría y salimos a varios balcones, hasta que la vimos en uno de los edificios de enfrente.
Nos llamó la atención su gran tamaño y su insistente graznido, llamando a su compañero/a.
Sabemos que un concejal de enorme torpeza apellidado Boaso, pretendió traer hace unos años a practicantes de cetrería para ayudar a eliminar el exceso de palomas. Los colombófilos se opusieron y algunas protectoras de animales también. Sin embargo, por aquellos tiempos, se avistaron aves de gran tamaño dando vueltas por los cielos de la macrociudad de Rosario. Luego, se dejaron de ver.
Les dejamos aquí la fotografía, quizás alguien sepa de qué clase de ave se trata.
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