domingo, 14 de abril de 2019

FLAP - Empezando a dejar de fumar



Una vez que has respondido a las preguntas de la entrada anterior de nuestro blog, es hora de reflexionar sobre las costumbres que impone el acto de fumar.

Ceniceros: los hay de diferentes formas y materiales, todos son atractivos y en muchas casas ocupan un lugar central en la mesa ratona del living invitando al fumador a que encienda su cigarrillo, cigarro, puro o habano.

¿Qué hay que hacer? Quitarle el lugar de privilegio; el cenicero no es un adorno, es un basurero para ceniza y colillas. ¿Pondrías el bote de basura sobre la mesa durante el almuerzo para que los comensales desechen los restos de comida? Desde ya que no; entonces, lo mismo vale para el cenicero.


Visitas: Si el dueño de casa fuma, predispone a que un visitante fumador se una a su vicio y ambos fumen. Si no hay cenicero, el visitante no querrá utilizar un platito, taza o jarrita para apagar su cigarrillo; esto incomoda a cualquiera. Si el dueño de casa no fuma e igual posee de adorno un cenicero, hay que retirarlo, lo mejor es no incitar a nadie a fumar.

Usos: Si tu cenicero es muy bello y quieres conservarlo como adorno en el centro de tu mesa ratona, utilízalo para otra cosa. Confites y caramelos van muy bien. Y una opción elegante es colocar pétalos de flores aromáticas. Ningún fumador se va a atrever a apagar su cigarrillo sobre ellos.

Ostentación: la ostentación de objetos finos es una realidad que se da por sobre todo en clases sociales medias y medias altas porque como no poseen verdaderas antigüedades heredadas, ni arte autentificado por firma o documento que lo acredite, menos aún exquisita platería, entonces una cigarrera de plata o bañada en plata será un objeto de atracción de la atención. Lo notable de la aparición de la cigarrera de plata es que va acompañada de un vulgarísimo encendedor de plástico transparente… Si se da la situación inversa, siendo el encendedor un magnífico ejemplar plateado, los cigarrillos carecerán de fastuoso envoltorio. Quien tenga cualquiera de las dos cosas o ambas, hay que dejar de usarlas y que pasen a formar parte de la colección de pequeños y preciados objetos que se encuentran dentro de la vitrina.

Después de comer: sea después del almuerzo o cena e incluso después de un desayuno o el tea time, el cigarrillo cumple la función de llenar el vacío que antes llenaba la cubertería. ¿Qué hacer con las inquietas manos? Muchos utilizan el celular como reemplazo del cigarrillo, pero si se está en compañía de alguien, no se puede estar mirando las novedades de la red o los grupos de whatsapp; eso es mala educación. ¿Se puede entonces tener algo en la mano que no sea el celular o los cigarrillos? Por supuesto, las llaves del auto son un buen sustituto aunque son un tanto ruidosas y pueden significar ganas de irse del lugar. Cruzarse de brazos no está bien visto, pero unir las manos por detrás de la espalda cuando se está de pie, sí está bien visto porque denota confianza, carencia de miedos y fobias. Al terminar de comer no beber café, el café y el tabaco se llevan muy bien, por lo que es mejor beber un té o cualquier infusión, por sobre todo las infusiones mentoladas, son perfectas anti-tabaco.


Soledad: si alguien opta por vivir solo no puede elegir al cigarrillo como compañero porque es algo tóxico para el ambiente y para sí mismo. Quien no tiene un prudente manejo de la soledad, debe ocupar el tiempo en actos productivos y establecer una disciplina cotidiana. Veamos unos ejemplos:

 

Nele Fox Talbot
Presidenta de FLAP


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